Hace tiempo, como recordarán muchos de ustedes, ofrecimos datos generales que sirven de orientación para reconocer diferentes clases de terapias. Ahora, a fin de hacer más precisa esa información, complementaremos el artículo anterior con referencias puntuales hacia las denominadas terapias físicas.

Se trata de un conjunto de técnicas y actividades que se llevan a cabo con finalidades terapéuticas para potenciar los métodos y ejercicios de rehabilitación a los cuales se somete alguien que ha sufrido una enfermedad o un accidente que le ha dejado secuelas motoras y/o cerebrales. Si uno investiga un poco al respecto advertirá, sin necesidad de volverse experto en estas cuestiones vinculadas a la Medicina, que existe una gran variedad de alternativas para tratar problemáticas de salud a través de medios físicos.

Una posibilidad es tratar al paciente con una terapia basada en radiaciones no ionizantes para evitar con ellas las sesiones de radiaciones ionizantes. Asimismo, de acuerdo al estado y las necesidades de cada persona, se puede recomendar la hidroterapia, la electroterapia, la magnetoterapia y la terapia con ondas de presión.

Cabe resaltar que cada una de las opciones mencionadas líneas arriba tiene sus particularidades y modos concretos de llevarse a cabo, pero todas deben ser aplicadas por especialistas para evitar efectos contraproducentes. De ser aprovechadas y desarrolladas de manera adecuada tras un diagnóstico preciso y un análisis personalizado de cómo se encuentra y qué posibilidades de avance tiene cada paciente, las terapias físicas podrán contribuir a aliviar dolores, incrementar la movilidd y a minimizar los signos de discapacidad.