Antes de hacer foco en las diversas modalidades en las cuales puede desarrollarse el socialismo es fundamental tener en claro el significado de este vocablo muy presente en el ámbito político.

De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se denomina socialismo a un sistema y movimiento político que busca organizar a la sociedad a través de un método de administración y gestión colectiva de los recursos de producción y en la distribución de bienes bajo regulación del Estado.

Asimismo, es posible saber (o recordar) que al filósofo alemán Karl Marx se lo señala como al padre del denominado socialismo científico (título que comparte con su amigo y colega Friedrich Engels) y que, en este marco, se aprovecha su apellido para marcar una importante diferencia entre el socialismo de corriente marxista y el socialismo no marxista.

Sin llegar a volvernos expertos en el tema y sin necesidad de complejizar la cuestión, podemos enumerar diferentes corrientes relacionadas al socialismo, cada una con sus propios rasgos predominantes. Así, entonces, al hacer referencia a este sistema tenemos la opción de especificar si aludimos al socialismo autogestionario, al socialismo utópico (cuyos exponentes más destacados han sido, entre otros, Charles Fourier, Étienne Cabet y Robert Owen), al socialismo conservador, al socialismo cristiano, al socialismo libertario (movimiento que, en ocasiones, se presenta con la denominación de libertarianismo de izquierda o como anarquismo social) o al socialismo democrático (modalidad que se opone a estrategias autoritarias y acepta las transiciones electorales), por citar algunas posibilidades a modo de ejemplo.