A lo largo de rutas y en diversas calles de zonas urbanas aparecen distintos carteles con símbolos e indicaciones tanto para peatones y ciclistas como para conductores de toda clase de vehículos. Son las llamadas señales de tránsito.

Estos recursos que, por lo general, no incluyen palabras pero sí imágenes que pueden ser interpretados por personas de todas las nacionalidades (es decir, donde el idioma no es un obstáculo) pueden catalogarse de diferentes maneras en función del propósito que persigan.

Si uno analiza las señales de tránsito, podrá advertir a simple vista que existen señales de prohibición, señales de prioridad, señales de peligro (que pueden ser advertidas por seres humanos pero también por medio de leyendas impresas, sonidos, luces y/o alarmas, como ocurre en un paso a nivel ante la proximidad de una formación ferroviaria), señales de información, señales de obligación y señales de indicación (las cuales señalizan servicios, carriles, etc.), por citar algunas a modo de referencia.

Asimismo, estas categorías citadas en el párrafo anterior pueden agruparse en conjuntos más generales, como lo son el de las señales reglamentarias (donde aparecen las señales de restricción, las de prioridad y las de prohibición), el de las señales transitorias (signos que se emplean en épocas de construcciones y tareas de mantenimiento en la vía pública), el de las señales preventivas (en el cual aparecen las señales físicas y las de máximo peligro), las señales informativas (que se segmentan, a su vez, en señales de nomenclatura urbana y en señales de información turística o de servicios).