Tipos de ruidos


Nuestra capacidad de audición nos permite advertir la existencia de estímulos que despiertan el sentido del oído, aunque tenemos que tener en cuenta que no todo lo que escuchamos u oímos pertenece a un mismo grupo. Al respecto, hay que decir que es importante saber diferenciar los sonidos de los ruidos.

Estos últimos, según la definición teórica, surgen cuando se produce una resonancia que no es armoniosa sino al contrario: fastidia al oído y se vincula, por lo general, a un golpe o caída de algo.

Desde la perspectiva de la comunicación, se habla de ruido (vocablo derivado del latín rugĭtus) cuando un sonido indeseado dificulta, entorpece o directamente impide el contacto entre emisor y receptor.

Claro que, con el paso del tiempo, muchos otros ámbitos adoptaron la noción y adaptaron su significado de acuerdo al valor que se le atribuyó en cada caso. Así, entonces, se comenzó a hablar de ruido en el sector de la informática para describir a datos carentes de relevancia que aparecen como resultado de múltiples actividades y procesos e incluso se realizaron largometrajes que se presentaron a nivel mundial, y en distintas circunstancias, con el nombre de “Ruido”.

En Física, asimismo, aparecieron las categorías de ruido blanco (denominación que reciben las señales de espectro plano que se localizan en la banda de frecuencia analizada), ruido rojo (aquel que aglutina tanto frecuencias medias como graves) y ruidos rosas (empleados en el campo de la música). Por su parte, la geofísica entiende que los ruidos son perturbaciones que alteran las señales de los equipos empleados para investigar diversos procesos y fenómenos.