Una reacción, dice la teoría avalada por la Real Academia Española (RAE), es consecuencia de una determinada acción (como lo establece una de las leyes de Newton conocida como “Ley de Acción y Reacción”). Al mismo tiempo, este término describe la respuesta de un organismo frente a un estímulo (“Lo alenté, pero no tuvo la reacción que yo esperaba”, “Lo dejé sin reacción con la primicia que le di”, “El hombre sorprendió a todos con una reacción inesperada”, “Un sólo golpe lo dejó sin capacidad de reacción”, “¡Necesito ayuda! Mi hermano se desvaneció y todavía no logramos que reaccione…”) y permite hacer referencia a los efectos secundarios de un tratamiento o medicamento.
En el campo de la Biología y otras disciplinas, asimismo, se suele hablar de reacciones en cascada o en cadena para aludir a la secuencia que se logra cuando un elemento recién conformado promueve cambios adicionales en otro ser o producto, mientras que en el ámbito de la Ingeniería adquiere relevancia la idea de reacciones mecánicas.
Si se hace foco en experimentaciones de carácter físico y/o químico, por otra parte, se podrán conocer las particularidades de las reacciones nucleares y de las reacciones químicas. Dentro de este último grupo mencionado, incluso es posible diferenciar entre reacciones exotérmicas, reacciones bioquímicas y reacciones endotérmicas.
De buscar referencias más generales que ayuden a reconocer el alcance de este concepto y a distinguir las diversas clases de reacciones que existen a nivel global, habrá que hablar entonces de reacciones acrosómicas, reacciones alérgicas y reacciones psicológicas, entre muchas otras.