El título de noviazgo se reserva para nombrar a aquella relación establecida por dos individuos que desean construir juntos un vínculo duradero basado en el amor, la confianza, el compañerismo y la lealtad. Por lo general, se trata de la etapa previa al matrimonio, aunque hay que tener en cuenta que los novios no siempre terminan convertidos en marido y mujer.
Según sean las características de este lazo, sus fundamentos y las edades de los implicados, es posible reconocer distintos tipos de noviazgos.
Cuando los enamorados son dos jóvenes que transitan la fase de la adolescencia, se puede hablar de noviazgo adolescente, un vínculo que puede sorprender a los protagonistas con vivencias nuevas que les permitan experimentar lo que es el amor y descubrir, por ejemplo, placeres íntimos.
Como a partir de cierta edad no hay límites para enamorarse, también es posible el surgimiento de un noviazgo conformado por ancianos. Por el perfil de los involucrados, en esta clase de relación se advierte un profundo e intenso deseo de compartir con alguien la última etapa de la vida.
Los noviazgos, además, pueden desembocar en una convivencia sin casamiento de por medio, prolongarse a través del tiempo sin exigir un hogar en común o bien mantenerse a distancia si así lo desean ambas partes.
Cabe destacar también que, en los últimos años, la tecnología inspiró a más de uno a animarse a vivir una forma distinta de noviazgo: el virtual, una alternativa que puede traer aparejados varios riesgos pero, aún así, se multiplica a lo largo del mundo.
Por otra parte, hay que resaltar que los noviazgos deberían respaldarse en sentimientos nobles y puros, pero no siempre es así y surgen entonces relaciones enfermizas que determinan, por ejemplo, el sometimiento de uno de los novios a las agresiones del otro, dando lugar a los llamados noviazgos violentos.