Las gafas son productos que también reciben el nombre de lentes o anteojos y sirven tanto para proteger los ojos de un ser humano de cualquier edad como para compensar defectos oculares y mejorar su campo de visión.
Esta clase de instrumento óptico se apoya sobre la nariz del usuario mediante un arco que forma parte del armazón, al cual van unidas las lentes. Además, dos patillas permiten sujetar las gafas a la cabeza.
En otros tiempos, las gafas eran monturas fabricadas en hierro o acero, pero por cuestiones de peso y comodidad se reemplazaron por aleaciones de aluminio o titanio, materiales que las vuelven más ligeras, flexibles y resistentes.
Cabe destacar que, de acuerdo a sus características de fabricación y al uso que se les dé, las gafas pueden enmarcarse en múltiples categorías. Existen, por ejemplo, las gafas de sol (monturas elaboradas con lentes capaces de bloquear los rayos ultravioleta para que la luz no ingrese de modo directo al ojo), las gafas protectoras (aquellas que se usan en ciertos deportes, laboratorios o trabajos para impedir la entrada de agua, químicos o cualquier clase de objeto dañino al área ocular) y las gafas 3D (anteojos inventados para ofrecer un efecto de tres dimensiones).
Las gafas de esquí, las bifocales (lentes correctivas popularizadas a fines del siglo XVIII por Benjamín Franklin), las graduadas y las que carecen de montura son otras alternativas que se comercializan en distintos colores, formas y tamaños y le aportan variedad al mercado mundial de gafas.