Después de haber abordado en Tipos.com.mx de manera separada los conceptos de figura y de retórica, resulta interesante combinar ambas nociones para centrar la atención en las clasificaciones y características de las figuras retóricas.

Con esta expresión se identifica a la manera no convencional de aprovechar las palabras, ya sea en su forma o en su significado, para generar una estructura particular del discurso en materia semántica, gramatical, coloquial, fónica, etc.

A grandes rasgos, es posible diferenciar las figuras retóricas de dicción y las figuras retóricas de pensamiento.

Los expertos en cuestiones de lenguaje señalan que dentro del conjunto de las figuras de dicción aparecen como alternativas a tener en cuenta las figuras de transformación o metaplasmos (como la sinalefa, el apócope, la síncopa, etc), las figuras de posición que ofrecen la posibilidad de alterar el orden tradicional de una oración (anástrofe, hipérbaton), las figuras de omisión (elipsis, paralipsis, silepsis) y las figuras de repetición (diáfora, quiasmo, gradación).

Las figuras retóricas de pensamiento, en tanto, abarcan más subgrupos, ofreciendo así más recursos y técnicas para expresarnos. Aquí aparecen las figuras de definición como la etopeya y la cronografía, las figuras de amplificación como la digresión y la paráfrasis, las figuras de acumulación entre las que se pueden citar a la enumeración y a la epífrasis, las figuras lógicas como lo son el oxímoron y la antítesis, las figuras de ficción (prosopopeya, personificación), las figuras dialécticas (también conocidas como de argumentación), las figuras de diálogo (exclamación, invocación) y las figuras oblicuas (como lo son la atenuación y la perífrasis).