Resulta interesante, a modo de conocimiento general, saber cuáles son los mecanismos que utilizan las células para generar células hijas. Por eso en esta oportunidad, como el título de esta nota lo adelanta, haremos referencia a la división celular, un proceso que permite el crecimiento y desarrollo de los seres vivos.

En las algas, amebas y bacterias, por ejemplo, se lleva a cabo el método de reproducción conocido como bipartición, basado en la división de una célula madre en dos nuevas células, idénticas a la original.

La gemación, por otra parte, se advierte con frecuencia en briozoos, esponjas y celentereos. En este marco, surge una célula hija más diminuta que la progenitora tras el surgimiento de una yema en el citoplasma hacia donde se dirige el núcleo y se divide para que una de sus partes quede englobado allí.

La división múltiple, en tanto, se lleva a cabo gracias a muchas divisiones del núcleo de la célula madre, un proceso que posibilita el surgimiento de más de un par de células hijas.

En la división que se conoce como esporulación, asimismo, la célula progenitora queda aislada a través de una cobertura que rompen las células hijas para liberarse y poder crecer de manera independiente.

También es importante recordar que, en la división celular, se pueden diferenciar tres procesos clave: la interfase (donde las células se preparan para dividirse), la mitosis (la modalidad más frecuente en las células eucariotas) y la meiosis (llevada a cabo en organismos multicelulares para, de una célula diploide, obtener dos pares de células haploides).