Tipos de bebidas no alcohólicas


Las bebidas no alcohólicas, es decir, aquellas que carecen de alcohol etílico, pueden ser consumidas a diario por personas de todas las edades sin generarles efectos contraproducentes, aunque hay que tener en cuenta que excederse con las gaseosas y las propuestas azucaradas puede provocar aumento de peso y/o del nivel de glucosa, entre otros inconvenientes.

Son varias las alternativas para calmar la sed que pueden agruparse en el conjunto de bebida no alcohólica. El agua; las infusiones como el té, el café y el mate; los licuados de frutas (tanto los elaborados con agua mineral como con leche); el chocolate caliente; las ya mencionadas gaseosas y los jugos (tanto naturales como artificiales) son, por los ingredientes que contienen, opciones que se diferencian del vino, la cerveza y los licores por no tener etanol en sus fórmulas.

Estas bebidas sin alcohol, a su vez, pueden elegirse frías, a temperatura ambiente o calientes (según las preferencias de cada consumidor y el tipo de refresco elegido, ya que por ejemplo un licuado de banana o un jugo de naranja se disfruta más con hielo pero el café y el té deleitan más si están calientes), así como también ofrecen la posibilidad de tomarlas con o sin azúcar (ya sea por medio de la opción de agregarles edulcorante o de adquirirlas en versión light).

Como ocurre con las bebidas alcohólicas, además, todo consumidor puede calmar su sed o simplemente refrescarse con bebidas no alcohólicas de origen nacional, regional o extranjero, de varias marcas comerciales y sabores.