Los proyectiles que se utilizan como municiones en las armas de fuego (los cuales, al ser disparados, pueden generar desde daños materiales hasta matar a animales y/o personas) reciben la denominación común de bala. En este contexto, se reconocen distintas alternativas, algunas de las cuales describiremos a continuación.
De tener en cuenta los elementos de fabricación, hallaremos balas de hierro, balas de plomo, balas de acero y balas de piedra. Los formatos, en cambio, nos dan la posibilidad de diferenciar entre balas de molde, balas aplastadas, balas de flecha, balas cortadas, balas cilíndrico-cónicas, balas calientes, balas de cuña, balas de palanqueta, balas de cadena, balas de estrella, balas macizas, balas fundidas y balas enramadas, entre muchas otras.
Otras variables, como el arma para el cual se diseña una bala y los efectos producidos a partir de ella, permiten clasificarlas como balas de expansión, balas de rebote, balas incendiarias, balas huecas, balas mensajeras, balas de fusil, balas de cañón, balas fulminantes, balas sueltas, balas forjadas, etc.
Las balas de goma, por su parte, son proyectiles que, por lo general, arrojan los efectivos policiales cuando se necesita generar una desconcentración para que eventuales manifestantes declinen su accionar y se eviten, de este modo, nuevos disturbios para lograr normalizar la situación.
Otros usos del término que diversifican a la noción: tren bala (tren de alta velocidad), hombre bala (persona expulsada desde un cañón como si fuese un proyectil), lago Bala (ubicado en Gales), lanzamiento de bala (práctica enmarcada en el atletismo moderno conocida asimismo como lanzamiento de peso), etc.