La gente apasionada por la tecnología sabe que, entre los dispositivos más modernos, los equipos con pantalla táctil (expresión más conocida en idioma inglés, marco en el cual se la define como touch screen) han conseguido una gran popularidad a nivel mundial.
Hoy en día, es posible encontrar desde televisores y tabletas hasta teléfonos móviles y sistemas GPS con pantallas táctiles. Esta posibilidad de ingresar y gestionar órdenes y procesos en un equipo con sólo tocar una superficie plana donde no es necesario el teclado ni ninguna herramienta externa (aunque a veces se utilizan lápices ópticos) engloba múltiples variantes.
Los usuarios de equipos touch screen suelen tener a disposición dos tecnologías, que son las más comunes en la actualidad. Las más económicas son las llamadas pantallas táctiles resistivas, que tienen la particularidad de ser resistentes a la suciedad pero resultan gruesas y no ofrecen demasiado brillo. Las pantallas táctiles capacitivas, en cambio, son más delicadas, tienen un costo mayor y requieren un puntero especial pero brindan una mejor calidad de imagen, además de la posibilidad de ser manejadas con multitouch (varios dedos sobre la pantalla al mismo tiempo).
De investigar más la oferta al respecto, aparecerán también como alternativas la tecnología SAW (Surface Acoustic Wave, sigla que en español se interpreta como Onda Acústica Superficial), la infrarroja y la tecnología de señal dispersiva, por mencionar otras a modo de referencia. Existe, además, el sistema de reconocimiento de pulso acústico (Acoustic Pulse Recognition – APR), de gran resistencia y vida útil por la durabilidad del cristal.