Todo accesorio o prenda de vestir que guarde relación con los tobillos suele describirse como tobillera o tobillero. Así sucede, por ejemplo, con las pulseras que se llevan en esa parte del cuerpo cercana a los pies: “Me encantan las tobilleras de macramé”, “Hago tobilleras de todos los colores con hilo y mostacillas para venderlas en la playa durante el verano”, “Me compré una tobillera de plata que tiene varios dijes”, “Le regalé a mi hermana una tobillera de acero quirúrgico decorada con un corazón, una estrella y una luna”.
De prestar atención al uso práctico de este término, advertiremos que además se utiliza para identificar a unas vendas para mantener firme al tobillo y, en ciertos países, para hacer referencia a los soquetes, medias o calcetines cortos.
Si centramos la atención en las particularidades de los productos que sirven para proteger, inmovilizar, asegurar y darle estabilidad al tobillo, entonces descubriremos numerosas alternativas que se diferencian entre sí por marca, diseño, color, tamaño, material de fabricación y utilidad, por mencionar algunas variables.
Según las necesidades específicas y las posibilidades económicas de cada usuario, se puede optar por un producto en particular: hay tobilleras para hacer deporte, otras que se utilizan en periodos de rehabilitación, etc.
Al analizar las opciones disponibles uno advierte que se trata de un rubro amplio donde, por ejemplo, se pueden encontrar tobilleras de neoprene con o sin abrojos, tobilleras con almohadillas de silicona, tobilleras con peso, tobilleras con cordones y tobilleras reforzadas con ballenas de metal, entre muchas otras.