Si llegaron a este artículo en busca de información sobre variedades de tambores, seguramente les interese saber que esta palabra no sólo se utiliza en el ámbito musical (donde identifica a un instrumento de percusión que se hace sonar a partir de un par de palillos).

Al consultar el diccionario de la Real Academia Española (RAE), quedan al descubierto numerosas definiciones atribuidas a este vocablo presente también en Arquitectura, Anatomía, Mecánica, Marina e Informática, entre otros rubros. Se dice, por mencionar una posibilidad, que un tambor es un cilindro hueco elaborado con hierro que permite tostar cacao y café, así como también identifica a un sistema que ofrece la posibilidad de enrollar un cable y hacer que ese mecanismo pueda ser desenrollado en función de las necesidades del usuario.

De limitar la búsqueda de datos al tambor entendido como instrumento musical, podremos reconocer a los tambores de candombe (con apariencia de barriles curvos, desarrollados con madera y cubiertos con un parche de piel, disponibles en tres tamaños), a los tambores semiesféricos (grupo que contempla, entre otras opciones, al timbal de concierto), tambores cónicos (como el caso del timbal bahiano), tambores de copa (como el derbake), tambores de marco (enmarcado con uno o más aros de madera que se superponen) y tambores de reloj (conjunto donde aparecen los tambores batá y todos aquellos que recuerdan por su forma a un doble cono o bien a los relojes de arena), por citar algunos a modo de referencia.

Otras clases de tambores: tambores mayores, tambores magnéticos, tambor de armas, tambores industriales.