El sésamo aparece en muchas preparaciones gastronómicas y es muy valorado a nivel mundial por ser una fuente de proteínas, calcio, hierro y por ayudar, por ejemplo, a disminuir el nivel de colesterol en sangre. A continuación, a fin de permitirles ampliar sus conocimientos, compartiremos más detalles y datos de interés sobre este ingrediente aprovechado de diferentes formas en múltiples recetas.
Este producto, cuyo nombre deriva del vocablo en latín sesămum, puede emplearse y consumirse como semillas, como harina o como aceite para elaborar panes, decorar platos o hacer salsas para ensaladas. De buscar información sobre la definición del término en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), advertiremos que el sésamo es tanto una planta de la familia de las pedaliáceas como una pasta que se elabora a base de piñones, almendras o nueces combinados con jonjolé (una de las denominaciones que se usa como sinónimo de sésamo).
En función de los objetivos y necesidades de cada consumidor, se puede apelar al sésamo negro (cuya semilla se puede moler para lograr una harina y preparar con ella el tradicional postre asiático conocido con el nombre de “sopa de sésamo negro”, por mencionar una posibilidad) o a la variedad más común, el sésamo blanco. Estas semillas, por ejemplo, suelen estar presentes en los panes de hamburguesa, como decoración en budines o muffins y en preparaciones veganas como la leche de sésamo y almendras o el yogur a base de semillas. Se trata, pues, de un alimento saludable que puede (y debería) incluirse de múltiples formas en nuestra dieta.