Dentro de un circuito eléctrico es posible reconocer, entre otros componentes, a los resistores, tal el nombre que reciben las piezas de carácter electrónico que posibilitan una resistencia que involucra a dos puntos de la estructura. Sirven, según los expertos que los diseñan y utilizan, para poner un límite al nivel de la corriente o bien para establecer un grado particular de tensión.
Cuando los resistores poseen un valor de resistencia versátil, se los denomina potenciómetros, mientras que si son parte de un circuito de tecnología de montaje superficial se los puede identificar como resistores de tolerancia estándar.
El resistor dependiente de la luz (también conocido con el nombre de fotorresistor), en cambio, se caracteriza por ofrecer una resistencia baja frente a un estímulo lumínico elevado y por incrementar la resistencia en casos de oscuridad.
De profundizar en los tipos de resistores existentes, de todas maneras, se puede aprender a reconocer diferencias entre cada uno de estos componentes, que en líneas generales se pueden segmentar en dos grandes conjuntos: el de los resistores fijos (que se dividen a su vez en resistores de carbón como los aglomerados y los de capa de carbón y en resistores metálicos como lo son los resistores de película metálica, los resistores bobinados y los resistores de capa metálica) y el de los resistores variables (categoría que incluye a alternativas como las de los resistores de capa tipo cermet, los resistores bobinados de precisión y los resistores de pequeña disipación, por citar algunos).
Asimismo, resulta interesante mencionar que la expresión inglesa Resistor Transistor Logic (RTL) identifica a una familia lógica de tipo bipolar donde se contemplan dos clases de portadores: los huecos y los electrones.