La pizza es un plato típico de Italia que, hoy en día, se disfruta en cualquier rincón del mundo bajo diversas modalidades. Se trata de una masa de apariencia chata que se elabora con harina de trigo y se lleva al horno tras cubrirla con ingredientes como queso mozzarella, aceitunas, jamón, cebolla y salsa de tomate, entre otros.

Aunque hay pizzas tradicionales, existen muchas otras variantes que le aportan diversidad al menú y se adaptan a las exigencias de toda clase de consumidor. Hay, por citar los casos más comunes, pizzas al horno, pizzas a la parrilla, pizzas a la piedra, pizzas al molde, pizzas cuadradas y pizzas redondas, así como pizzas de verdura, pizzas de palmitos, pizzas de cebolla, pizzas de queso provolone y pizzas con panceta y jamón, por describir algunas de las posibilidades más extendidas a nivel internacional.

De investigar más o querer innovar en la degustación de pizzas, además de encontrar opciones de sabores no tradicionales (como la pizza de ciervo ahumado) es posible descubrir pizzas fritas, las llamadas pizzas de estilo Detroit (de formato cuadrado, bordes gruesos y bien condimentadas, además de ser cubiertas con una salsa marinara), las pizza-ghettis (plato donde se combinan algunas porciones de pizza con una porción de fideos con salsa), las sushi-pizzas (cuya base es una especie de pastel elaborado con arroz frito y su relleno es con atún, salmón y wasabi), pizzas al estilo de Nueva York (finitas, de diámetro amplio y bordes crujientes) y pizzas al estilo Chicago (similar a una lasagna, puede ser abierta o solicitarse en versión cerrada, rellena como un calzone), por citar algunas de las más sorprendentes.