Se conoce como perno a las piezas cilíndricas y alargadas de metal que se emplean para ajustar elementos de gran volumen. Esta palabra, además, identifica a la parte del pernio en la cual se localiza la espiga, según informa la Real Academia Española (RAE) a través de su diccionario.
En numerosas estructuras y dispositivos se utilizan pernos, los cuales pueden estar fabricados con hierro o acero. Como existen diferentes alternativas al respecto, es interesante conocer las diversas clases de pernos para seleccionar la que mejor se adecúa a cada necesidad de uso.
Hay, por ejemplo, pernos autosoldables que, en el marco de un proceso de soldadura de arco eléctrico, sirven como electrodos y permiten minimizar costos al lograr una mayor rapidez al instalar los pernos en un aparato o producto.
Los pernos con caja excéntrica, por su parte, son ideales para armar en el hogar muebles de aglomerado de madera sin tener que apelar a herramientas especiales.
Por otra parte, se conoce como perno de medición a un elemento de construcción que se denomina como de carga o de fuerza. Este producto se basa en dos principios de medición, uno vinculado a los campos magnéticos y otro relacionado con la resistencia. Los pernos dentales, por describir otra alternativa que demuestra el amplio alcance de este concepto, son piezas que refuerzan al trabajo realizado en coronas y empastes cuando el diente ya ha perdido su superficie o se encuentra muy débil: en este marco, es posible distinguir entre pernos roscados, pernos de fricción y pernos cementados.