Tipos de narices


En el rostro humano es posible divisar, entre la frente y la boca, una facción saliente con dos orificios o compartimentos (separados por el tabique nasal) que permite la comunicación con el aparato respiratorio: la nariz.

Esta protuberancia fundamental para el sentido del olfato que se compone de huesos y cartílagos tanto duros como blandos no siempre tiene la misma apariencia ni características, por eso con el paso de los años se han extendido expresiones al respecto para identificar con facilidad a las distintas clases de narices que pueden distinguirse en la fisonomía del hombre.

Así, entonces, es posible hablar de narices remachadas cuando se trata de un conjunto de narices llanas o muy chatas; de nariz aguileña cuando se trata de una nariz delgada y algo curvada (de aspecto similar al pico de un águila) o de nariz griega si se trata de una nariz que parece ser una extensión de la frente.

Cuando se trata de una nariz recta y bien formada, en cambio, se la define como una nariz perfilada, pero si el dorso es cóncavo y los ángulos nasofrontal y labial son casi obtusos con la punta hacia arriba, entonces se estará frente a una nariz respingada.

Una nariz, asimismo, es considerada como gibosa cuando presenta una joroba algo saliente, mientras que es durja si su punta posee apariencia caída y el ángulo nasolabial es agudo. Un dorso nasal ancho y las alas con un amplio margen de separación, por otra parte, determina a la llamada nariz negroide.