En distintos rincones del mundo funcionan museos de diversas temáticas que le permiten a los visitantes conocer y experimentar un determinado asunto en profundidad por medio de colecciones enriquecidas con objetos científicos, piezas artísticas, documentación de archivo, etc.

Según los contenidos que ofrezca cada institución, se los puede presentar como museo de arte, museo de historia, museo de ciencia y tecnología, museo monográfico, museo arqueológico, museo de historia natural, museo de agricultura, etc. Para sorprender al público, además, a veces se abren museos extraños que abordan temas atípicos o, al menos, curiosos, como ocurre por ejemplo en Tokio con el Museo Parasitológico de Meguro. Y de tener en cuenta el enfoque de cada lugar, entonces es posible reconocer museos aptos para toda la familia, museos exclusivos para adultos y museos para niños.

Es interesante tener presente que no todos ellos son espacios físicos que despliegan sus materiales en una o más salas: también hay museos virtuales que exhiben y difunden patrimonios por medio de la Web. Claro que muchos de estas iniciativas se complementan con sedes que pueden ser visitadas de manera personal.

Tampoco los museos constan siempre de elementos para ver “y no tocar”: hay algunos museos interactivos donde la gente tiene un rol activo aprendiendo a partir de actividades y experiencias realizadas por uno mismo.

Asimismo, se desarrollan en el mundo espectáculos artísticos bautizados como museos vivos o vivientes que ofrecen recorridos o viajes a través del tiempo a través de patrimonios culturales y geográficos que, en muchas ocasiones, se encuentran o se exhiben al aire libre.