Los organismos que surgen como resultado de la simbiosis de algas unicelulares y hongos son conocidos como líquenes. Al buscar información sobre ellos, además de descubrir que crecen en sitios húmedos y que se extienden por cortezas de árboles y rocas, uno puede hallar un gran número de categorías y especies.

Dentro de este enorme y diverso grupo, por señalar una posibilidad, aparece el liquen islándico, una variedad perteneciente al género Cetraria que, en otros tiempos, se aprovechaba como remedio natural para combatir problemas de las vías respiratorias.

Si habitan en el interior de fisuras rocosas, por describir una alternativa, reciben la denominación de líquenes endolíticos, así como su ubicación en la parte inferior de la cutícula de las hojas de las plantas los convierte en líquenes endofloeódicos. Los líquenes crustáceos, en tanto, residen en la superficie de las rocas.

Con mayores precisiones sobre su estructura, además, se logra determinar si se trata de un liquen folioso (en ellos, el talo está despegado del sustrato de manera parcial), un liquen laciniado (logran adherirse al sustrato prácticamente en toda su extensión) o un liquen fruticuloso (con talo cilíndrico, muy estrecho o alargado).

Distinto es el caso del llamado liquen plano ya que no se trata de un organismo sino de una enfermedad de carácter inflamatorio de origen desconocido que afecta a la mucosa oral, a la piel y a la parte genital, pudiendo diagnosticarse según los síntomas y los resultados de los análisis clínicos un liquen plano vulvovaginal, un liquen plano solitario o un liquen plano vinculado a la mucosa oral.