Imposible pasar por alto la belleza, la elegancia el efecto poderoso de la figura del leopardo. Este animal, un mamífero de costumbres carnívoras que habita zonas boscosas de África y Asia, presenta por lo general un pelaje amarillento y está cubierto de manchas oscuras.

Los ejemplares más populares a nivel mundial englobados en esta familia pertenecen a la subespecie conocida como leopardo africano, cuyos colores varían de acuerdo a la región de África donde se localice. Algunos expertos, en tanto, vinculan a este clan con el leopardo de Berbería, pero no se ha podido acreditar hasta el momento que se trate de una subespecie de leopardo africano.

Sobre el leopardo de Zanzíbar, en tanto, es importante destacar que se la considera extinta y que no se ha hecho demasiado por garantizar su supervivencia ya que en su zona de origen se lo ha demonizado a partir de leyendas que los asocian a brujerías y que los han presentado como alimañas a las que se debía exterminar para proteger al ganado y a los campesinos.

El leopardo del Amur, por otra parte, enfrenta un peligro crítico de extinción, una realidad que se busca revertir apostando a la reproducción y reinserción en el medio natural de ejemplares en cautiverio ya que, en estado salvaje, cada vez quedan menos exponentes. Una situación similar atraviesa el denominado leopardo chino del Norte, ya que es difícil precisar cuántos ejemplares quedan en libertad y, para su conservación, se apuesta a multiplicar el número de leopardos chinos del Norte en condiciones de cautiverio.