La mayoría de la gente suele definir a las lanchas como embarcaciones o botes pequeños de remos y vela para trasladarse generalmente por ríos o aguas calmas pero, al repasar la teoría, se descubren otros significados de esta palabra.
Una lancha también es una piedra de grandes dimensiones que se caracteriza por tener poco grosor y ser lisa y plana. En suelo ecuatoriano, en tanto, este término identifica a un hongo que genera daños en ciertos cultivos, entre los que se encuentra la planta de la papa.
Si retomamos la cuestión de medio de transporte por agua, entonces podremos diferenciar numerosas clases de lanchas ya que, a lo largo de la historia, se desarrollaron y funcionaron un montón en diferentes contextos.
Las lanchas cañoneras, por ejemplo, estaban armadas con cañones largos, morteros o torpederas que permitían atacar al enemigo o realizar acciones de defensa. La lancha fletera, en tanto, estaba dedicada al tráfico en costas como las de Guipúzcoa y Vizcaya.
Más allá de ellas, es posible identificar a las lanchas de motor, entre las que aparecen como alternativas a tener en cuenta las lanchas rápidas que suelen utilizarse en carreras, las lanchas inflables que se emplean para auxiliar y remolcar a algún deportista y las lanchas armadas con fines militares.
Además de las señaladas líneas arriba existen las lanchas de auxilio para ayudar a otras embarcaciones que requieren asistencia y las lanchas colectivas que funcionan como transportes públicos, con frecuencias y horarios fijos para trasladar a varias personas a la vez.