Cuando a una tonalidad de verde se lo describe como jade se alude al color que caracteriza a una roca de gran dureza llamada así. En territorio chino, por ejemplo, se aprovecha este mineral para desarrollar objetos de decoración y amuletos contra el mal de piedra y hasta se lo ha destinado a la elaboración de figuras de Buda que se localizan, precisamente, en el llamado Templo del Buda de Jade construido en Shangái durante el año 1882.
A lo largo de la Historia se han descubierto, entre otros, objetos de jade creados por los mayas, elementos de jade propios de los olmecas y piezas de jade en Costa Rica (país donde hace muchos años se puso en funcionamiento el Museo del Jade y de la Cultura Precolombina Marco Fidel Tristán Castro para exhibir tesoros arqueológicos a base de jade).
De acuerdo a los expertos en esta resistente piedra, hay dos variedades de jade: una es la jadeíta (mineral procedente de ciertas regiones de China, Guatemala, Tíbet y Birmania que se emplea en joyería) y la otra, la nefrita (la más común y menos costosa de las versiones de jade).
Al buscar información sobre las aplicaciones y categorías de esta palabra descubrimos que el concepto, además, está presente en el nombre de una planta suculenta procedente de África del Sur que se conoce como árbol de jade e identifica asimismo a distintos personajes, tal como se advierte al identificar a las figuras de Mortal Kombat o a los superhéroes de DC Comics.