El jabalí, según descubrimos al buscar información sobre esta clase de mamífero paquidermo que tiene el olfato muy desarrollado para compensar el corto alcance de su vista, es la versión salvaje de los cerdos. En matorrales y bosques de diversas partes del mundo, es posible hallar desde tiempos remotos numerosas especies de jabalíes, algunas de las cuales lamentablemente ya se han extinguido y otras enfrentan serios riesgos de desaparecer del planeta.

En India, Nepal y Bután, por ejemplo, es posible hallar ejemplares de jabalí enano, cuyo tamaño se asemeja al de los conejos. El jabalí filipino, en tanto, está presente en las islas de Polillo, Luzón, Biliran y Mindanao pero parece haberse extinguido en Marinduque. El jabalí vietnamita propio de Vietnam y Laos es otro grupo que permite conocer más sobre estos animales.

Cuando se alude al jabalí alunado, por otra parte, se busca centrar la atención en el jabalí que, por su vejez, no logra herir con sus colmillos desarrollados en forma de media luna.

En relación al concepto de jabalí también es interesante señalar que, en la mitología griega, existía un género de monstruos conocido como Jabalí de Calidón y una criatura enorme que comía seres humanos bautizada como Jabalí de Erimanto. Por último, hay que tener en cuenta que la figura del jabalí, así como las cabezas de estos animales, son muy comunes en el campo de la Heráldica (en “Monty Python and the Holy Grail”, por ejemplo, la túnica del Caballero Negro tiene una cabeza de jabalí rojo, por ejemplo).