El estímulo que genera en la gente entusiasmo y ganas de esforzarse y de rendir al máximo para tener una recompensa se define como incentivo. Por describir un caso simple y fácil de identificar que ayuda a comprender qué y cómo es un incentivo: El incentivo de Juan para estudiar y sacar buenas notas en el colegio es un viaje que le prometieron sus padres con la condición de rendir bien todas las materias: como la recompensa de tanto sacrificio es tentadora y motiva al joven, él se esfuerza para dar lo mejor de sí mismo.
En la práctica es posible diferenciar múltiples tipos de incentivos de acuerdo a la naturaleza de aquello que motiva a la persona a desempeñarse de un modo especial.
Uno de ellos son los incentivos remunerativos, que se caracterizan por dar como premio o retribución algo material, generalmente dinero. Cuando la recompensa guarda relación con algo económico, se hace alusión al incentivo financiero.
El incentivo moral, en tanto, persigue el reconocimiento, la aprobación y el respaldo del entorno social por actuar con ética y hacer lo correcto, así como el incentivo coercitivo tiene la particularidad de condicionar el accionar de alguien para evitar castigos que pueden llegar a aplicarse, o no, con el uso de la fuerza física.
Otra alternativa para tener en cuenta es el grupo de los incentivos naturales, que nacen de manera genuina en alguien para motivarlo a actuar de forma tal que pueda satisfacer su curiosidad, vencer sus miedos, descubrir la verdad de un asunto o superar un dolor, entre otras posibilidades.