Las hierbas secas que se utilizan para alimentar al ganado se conocen como heno. Al buscar la definición de esta palabra, también advertimos que identifica a una planta perteneciente a la familia de las gramíneas que posee algunas flores en panoja abierta y hojas estrechas.

Una variedad que se cultiva en suelos artificiales es el heno blanco, una especie perenne con hojas planas que se cubren de un suave vello y que exhibe flores en racimos ramosos. El llamado Heno del Niño Jesús, en tanto, es una planta originaria de Europa pero distribuida a nivel mundial que tiene raíces fibrosas, pequeñas flores hermafroditas y hojas lineales y alternas.

Es interesante saber además que la producción de heno natural se puede clasificar de distintas maneras de acuerdo a los lugares aprovechados con ese fin. Hay heno de pradera en zonas templadas, heno en las estepas, heno de pasturas tropicales y heno de arbustos, por señalar algunas posibilidades. Asimismo, se lo puede enmarcar en las categorías de heno largo (el más tradicional), heno triturado (posee un volumen menor respecto al convencional y requiere una cosechadora de forraje para su recolección), heno en fardos o rollos (por su formato quedan protegidos frente a la lluvia y tienen una mayor resistencia), heno comprimido o pildorizado (fácil de manipular, almacenar y transportar), heno enfardado de manera manual (minimiza la posibilidad de pérdidas por la caída de hojas) y heno secado en el establo (no son muy comunes, se logra con equipos específicos de secado).

Distinto a todos los henos descriptos líneas arriba es el caso de la expresión “Heno de Pravia” ya que se trata de la marca de un jabón.