El concepto de hedonismo se respalda en una teoría que propone al placer como fundamento y objetivo de la vida, por eso también se aprovecha la noción para describir a la filosofía de vida que persigue el placer en cada ámbito y momento.

En tiempos de la Grecia Antigua surgieron dos escuelas clásicas sobre el hedonismo: el movimiento conocido como epicureísmo que gira en torno a la búsqueda inteligente de placer para hallar la felicidad y la escuela cirenaica que vincula al bien con el placer.

También hay que tener en cuenta las particularidades del llamado hedonismo psicológico, marco en el cual se indica que el fin único y último del ser humano es el placer personal. El hedonismo radical, en tanto, plantea que el placer físico debe satisfacerse sin restricciones, así como el hedonismo moderado gira en torno a moderar la actividad placentera para que de este modo se incremente el placer.

Es interesante resaltar además que, de acuerdo a las interpretaciones admitidas para la idea de placer, se puede reconocer al hedonismo absoluto y al hedonismo mitigado, también conocido como eudemonismo.

De hacer foco en las características del hedonismo contemporáneo, ganará relevancia por ejemplo la figura de Michel Onfray, filósofo de origen francés que propone alejarse del hedonismo vulgar basado en el consumismo puro para desarrollar un hedonismo de carácter filosófico que le permita a la persona modificar su conducta y hábitos para poder disfrutar su existencia en plenitud aprovechando sus sentidos y dándole espacio a las pulsiones y pasiones.