Es común que a los jugadores frecuentes de videojuegos se los defina a través del anglicismo gamer, aunque en español también aparece la idea de videojugador.
Cuando hay adicción a los pasatiempos a base de consolas u ordenadores y la persona juega mucho, se apela a la expresión hardcore gamer (que se puede traducir como ‘jugador duro’), mientras que si la actividad es esporádica y no hay un fanatismo manifiesto gana relevancia la figura de casual gamer (es decir, un jugador casual de videojuegos).
Cabe destacar que el tipo de juego preferido también da origen a varias clasificaciones. Si se priorizan los clásicos que jamás pasan de moda pese a tener muchos años en el mercado, por señalar un caso puntual, se pertenece al grupo de los retrogamers (o classic gamers), así como los que apuestan por los emuladores reciben la denominación de emugamers.
Por otra parte, es necesario señalar que hay jugadores que, por experiencia y talento, reciben una remuneración por su desempeño: ellos se conocen como PRO gamers.
De profundizar en este universo lúdico, también podremos reconocer, de acuerdo al perfil de cada jugador, a los gamers críticos (además de jugar debaten y cuestionan aspectos del producto elegido para entretenerse), a los gamers antisociales (fanáticos que priorizan a los videojuegos dejando de lado hasta a la familia y amigos), al hater gamer (rechaza y desprecia opciones que no se adaptan a sus preferencias o intereses) y a los gamers diplomáticos (socializan, se adaptan a cualquier juego), por agregar otras clasificaciones.