Demandan poco tiempo de preparación, admiten toda clase de combinaciones, se pueden armar según las preferencias de cada comensal… Las ensaladas son platos versátiles que seducen a multitudes, por eso en esta oportunidad vamos a ocuparnos de clasificarlas de acuerdo a sus particularidades.
En primer lugar, se puede resaltar la existencia de ensaladas tibias y de ensaladas frías. Cualquiera de estas dos modalidades, según los ingredientes que incluyan, pueden utilizarse para acompañar o complementar otros menúes, que por lo general contemplan a algún corte de carne.
Hay ensaladas de vegetales y ensaladas de frutas (con kiwi, banana, manzana, naranja, uva, frutilla, melón, durazno o cualquier otra fruta de estación), condimentadas y aderezadas de múltiples formas (con aceites, vinagres, cremas, etc). Con creatividad y buenas ideas se pueden lograr ensaladas saludables y originales para tener en cuenta durante cualquier época del año.
Asimismo, a la hora de mencionar ensaladas que se popularizaron a lo largo de la Historia y las fronteras con un nombre específico, adquieren relevancia la ensalada rusa (con papa, huevo, zanahoria), la ensalada mixta (tomate, lechuga y cebolla), la ensalada césar (lechuga romana, pan tostado y queso parmesano) y la ensalada caprese (mozzarella, tomate y albahaca), entre muchas otras.
Hay quienes, por su parte, prefieren la ensalada griega (con cebolla morada, tomate, pepino, queso feta, aceitunas y alcaparras) y otros apuestan por la ensalada Waldorf (con manzana, apio, mayonesa y frutos secos, entre otros ingredientes).
De querer elaborar ensaladas caseras bien personalizadas, todo alimento es bienvenido: pollo, atún, remolacha, calabaza, huevo, champiñón, lentejas, garbanzos, quesos, jamón, etc.