El concepto de dominada se puede vincular al resultado de un dominio sobre alguien o algo de género femenino (“La situación está dominada…”, “No queremos más mujeres dominadas”) o bien a un ejercicio físico para entrenar, modelar el cuerpo y fortalecer la zona de la espalda.
Si centramos la atención en esta última interpretación, no tardaremos en descubrir múltiples variantes para trabajar diferentes músculos a partir de series repetidas en la barra de dominadas.
Entre los ejercicios más habituales están las dominadas estrictas, que se ejecutan moviendo solamente los brazos, manteniendo firmes las piernas y la cadera. Para quienes recién se inician, en cambio, son recomendables las dominadas con apoyo, a fin de poder tener un respaldo que ayude a sostener una parte del peso del cuerpo. Algo similar ocurre con las dominadas asistidas, donde una máquina que puede graduarse para generar diferentes niveles de dificultad ayuda al deportista a elevar su cuerpo.
Las dominadas isométricas, en tanto, ponen a prueba la resistencia porque invitan a resistir el mayor tiempo posible en una cierta posición, mientras que las dominadas parciales se reservan para quienes aún no consiguen completar series de dominadas convencionales.
Lejos de limitarse a las alternativas mencionadas líneas arriba, las dominadas incluyen muchas otras variedades, como ocurre con las dominadas con kipping (donde se aprovecha el propio impulso corporal), las dominadas al pecho (donde el pecho se acerca a la barra con fuerza de brazos y elevación de cadera), las dominadas supinas (en las cuales hay un mayor compromiso de bíceps) y las complejas dominadas con dos dedos (exigen una gran fortaleza en las muñecas), por mencionar más a modo de referencia.
Cabe destacar que, cualquiera sea la modalidad elegida, para minimizar el riesgo a sufrir lesiones es fundamental asesorarse y dejarse guiar por un experto en ejercicios físicos antes de iniciar rutinas de entrenamiento corporal.