Por cuestiones de seguridad, la mayoría de las viviendas y empresas tienen uno o más disyuntores. Se trata de dispositivos especialmente desarrollados para cortar de manera automática la corriente eléctrica cuando se supera una cierta intensidad o, por ejemplo, cuando se genera un cortocircuito. Hay una amplia oferta al respecto, por eso es importante asesorarse e informarse para poder decidir, con ayuda de un profesional dedicado a cuestiones de electricidad, cuál es el producto más conveniente de instalar en nuestro entorno.
De tener en cuenta la tensión con la cual puede trabajar este aparato, se podrá diferenciar entre disyuntores monofásicos y disyuntores trifásicos. Las corrientes constituyen otro criterio de clasificación, porque hay disyuntores preparados para corrientes alternas (los más comunes, como el dispositivo diferencial residual que se subdivide a la vez en clase AC, clase A, superinmunizado y clase S) y otros adaptados a las corrientes continuas. Asimismo, hay modelos con diferentes números de polos, es decir, que admiten distintas cantidades de conexión de los conductores al interruptor automático: hay disyuntores de dos, tres y hasta de cuatro polos.
Al profundizar la búsqueda de precisiones sobre estos equipos también descubrimos la existencia de otras variedades, cada una con características propias y reservadas a usos puntuales. Se reconocen, entre otros, a los disyuntores térmicos, a los disyuntores magnetotérmicos (se puede instalar, por ejemplo, un disyuntor magnetotérmico monofásico bipolar), a los disyuntores magnéticos y a los guardamotores. Estos últimos son interruptores de carácter magnetotérmico que sirven para proteger a los motores de tipo eléctrico.