Los expertos en Física definen como dínamo a una máquina que, a través de una inducción electromagnética, puede convertir a la energía mecánica en energía eléctrica.
Se trata de un sistema con muchísimos años de historia. Tal vez el más antiguo sea el dínamo que, en 1832, desarrolló el francés Hippolyte Pixii a partir de un imán permanente que debía ser girado por medio de una manivela. Décadas más tarde, el mecanismo fue mejorado por Antonio Pacinotti, un italiano que propuso un dínamo con otra estructura para resolver el desafío planteado por la corriente alterna: este especialista reemplazó la antigua bobina giratoria por otra de formato toroidal que enrolló en torno a un anillo de hierro.
La dínamo de Gramme, por su parte, surgió hacia 1870 por iniciativa del belga Zénobe Gramme, técnico que quedó en la Historia por ser quien con esta máquina ofreció el primer generador eléctrico que pudo utilizarse a escala industrial.
La tecnología y los avances de la ciencia han podido diversificar al rubro de las dínamos y ofrecer múltiples diseños, tamaños y aplicaciones. Además de utilizarse en automóviles como generadores de energía eléctrica, hay dínamos de botella que, al ofrecer iluminación desde la zona de las ruedas, le permitieron a muchos ciclistas circular de noche, aunque este sistema primitivo fue reemplazado con el tiempo por la dínamo de buje.
Más allá de este uso específico, es interesante tener presente que la idea de dínamo o dinamo (sin tilde) se aprovecha en otros rubros ya que, por ejemplo, hay equipos de hockey sobre hielo y fútbol bautizados con esta palabra.