En la vía pública es habitual encontrar toda clase de afiches. Así se denomina a los carteles o láminas impresas que surgen por motivos publicitarios (para anunciar el lanzamiento de una bebida, por describir una posibilidad), cuestiones informativas (para difundir, por ejemplo, una campaña de vacunación) y hasta con fines de burla o de difusión de mensajes humorísticos. Estas herramientas también sirven a nivel académico para que un alumno plasme sobre una hoja (papel, cartulina, cartón o similar) ciertos datos e ilustraciones para complementar su exposición oral en clase.

En base a su contenido, podemos diferenciar entre afiches deportivos (fanáticos de un equipo suelen realizar afiches después de un triunfo para provocar con ironía y creatividad a los rivales), afiches didácticos (orientados a la fácil comprensión del mensaje), afiches ecológicos (pensados para promover la conciencia social sobre la importancia de cuidar el medio ambiente), afiches publicitarios (para promocionar un cierto servicio, espectáculo o producto) y afiches políticos (centrados en la figura de un candidato a un cargo o la actividad de un partido político), entre otros.

Más allá de la temática que desarrolle, según cómo se aborde la información y se presente el resultado puede tratarse de un afiche gracioso o divertido, un afiche polémico, un afiche ofensivo, un afiche ingenioso, etc.

Resulta interesante mencionar además que hay afiches donde predominan las imágenes y otros en los cuales se prioriza la información en mensajes breves, organizados de forma tal que sean fáciles de leer y llamen la atención sin necesidad de dedicar varios minutos a su lectura.