Los transportes que se trasladan por aire a diferentes alturas reciben la denominación genérica de aeronave.
Dentro de esta clasificación se advierten otras categorías que dan cuenta de las diferentes características que poseen los vehículos que se desplazan, con velocidad variable, por el cielo o la atmósfera.
Hay aeronaves, por ejemplo, que se conocen como aerostatos. Se trata de unidades que consiguen elevarse a partir del denominado Principio de Arquímedes y flotan o se elevan porque poseen una cierta cantidad de un gas menos denso que el aire de la atmósfera. A modo de referencia se pueden señalar como parte de este segmento a los globos aerostáticos y a los dirigibles.
Las aeronaves catalogadas como aerodinos tienen la particularidad de tener un peso mayor respecto al aire y lograr sustentación por medio de fuerzas aerodinámicas. Los helicópteros, el parapente y los aviones integran este grupo junto a otros medios de transporte. Cabe resaltar que los aerodinos pueden tener alas fijas o bien ser aeronaves de alas rotatorias o de alas móviles.
De buscar datos más precisos para conocer mejor a las aeronaves, podremos hacer foco en las clasificaciones de aeronaves históricas (donde figuran unidades que, por alguna cuestión puntual, cobraron relevancia a lo largo de la Historia), aeronaves eléctricas, aeronaves militares, aeronaves experimentales, aeronaves civiles, aeronaves de uso presidencial, aeronaves de seguimiento, aeronaves subsónicas (aquellas que tienen una velocidad de vuelo menor a la velocidad que alcanza el sonido) y aeronaves supersónicas (vehículos que, al volar, llegan a avanzar más rápido que el sonido), por indicar otras categorías que demuestran la amplia variedad de aeronaves que existe a nivel general.