Tipos de toxicidad


Cuando se alude al nivel de efectividad que posee una cierta sustancia tóxica gana protagonismo el concepto de toxicidad. Esta palabra, de acuerdo a la teoría, hace foco en el grado de daño que puede provocar un químico cuando un ser vivo entra en contacto con él.

Más allá de la toxicidad inherente de cada producto, al momento de analizar un cuadro hay que tener en cuenta qué organismo resultó afectado, cuál fue la dosis y la vía de administración, etc. No se puede dejar de indicar que también hay toxicidad extrínseca (tal como se conoce a las concentraciones riesgosas de sustancias tóxicas crónicas o agudas originadas por un residuo), toxicidad crónica (cuando los efectos adversos se acumulan en el ser humano) y toxicidad aguda (categoría que abarca a las sustancias que, en dosis mínimas, resultan letales ya sea en casos de toxicidad por absorción cutánea, toxicidad por ingestión o toxicidad por inhalación).

Por otra parte, para minimizar el riesgo a sufrir una intoxicación alimentaria es imprescindible controlar la procedencia y el estado de cada comestible ya que, en su fabricación o cultivo, suele haber exposición a toxinas naturales, pesticidas, colorantes, conservantes y a residuos. Los índices de toxicidad, en este contexto, dan información muy importante.

Hay mercadería, por ejemplo, con clasificación IDA (Ingesta Diaria Admisible), otra con RfD (Dosis de Referencia) y algunas que se evalúan como LMR (Límite Máximo de Residuos). Otros índices abarcan a NOAEL (Nivel sin efecto adverso observado) y a ALARA (aquellas que poseen sustancias cancerígenas y genotóxicas).