En el vocablo francés silhouette se origina el concepto de silueta, una palabra que define a los dibujos que recrean el contorno de una figura u objeto. Esta noción, además, se aprovecha en la práctica como sinónimo de perfil (para hacer alusión al contorno que recrea la forma de algo o de alguien) y se destina a la descripción de la masa de un elemento de características más oscuras respecto a la base sobre la cual está proyectado.
De reparar en la figura de una mujer, por citar una posibilidad, se puede hablar de siluetas femeninas (que, de acuerdo a cómo sea cada cuerpo, se puede encuadrar en las categorías de “reloj de arena” para casos de curvas equilibradas; de “rectangular” si la estructura es más recta; de “pera” si los hombros son más angostos que la cadera; de “triángulo invertido” si son figuras atléticas o de “manzana” si se trata de formas redondeadas). Si se analiza el cuerpo de un hombre, en cambio, se hará alusión a las siluetas masculinas.
Como se trata de un término de amplio alcance, puede ocurrir que se haga referencia a las siluetas de animales (que pueden ser gráficos que ayuden a los más pequeños a identificar a cada especie del reino animal), a las siluetas humanas en general (es decir, sin aclarar si se trata de un hombre, una mujer, un anciano, un joven, una niña o un bebé) y a la silueta de cualquier objeto que resulte fácil de reconocer por medio de sombreados, como puede suceder con una bicicleta, una rueda, un árbol, una flor o un coche.