Si llegaste a Tipos.com.mx en busca de información útil y práctica sobre las sales, no te pierdas todo lo que ya publicamos al respecto (en artículos anteriores hallarás datos de interés sobre las sales haloideas, las sales minerales y las sales neutras) ni el material de los párrafos siguientes que, tal como se adelanta en el título, girará en torno a las particularidades de las sales químicas.

Dice la definición teórica que una sal es el compuesto que resulta al reemplazar por radicales básicos los átomos de hidrógeno de un ácido. Frente al análisis de esta estructura se desprende que la base aporta el catión mientras que el ácido ofrece el anión.

Las sales químicas, en función de las características que posean y de cómo sea su composición, se pueden dividir en diferentes categorías, algunas de las cuales ya presentamos en otras oportunidades.

Cuando los hidrógenos de un oxácido se reemplazan por cationes metálicos, por ejempolo, se forman las sales de oxácido, que a su vez se pueden clasificar como sales oxiácidas (en las cuales la sustitución de los hidrógenos es total), sales ácidas (se reemplazan parte de los hidrógenos), sales básicas (como el hidroxicarbonato de hierro, por citar una referencia) y sales dobles (los hidrógenos son reemplazados por, al menos, dos cationes).

Asimismo, es posible reconocer como parte de las sales químicas a las sales haloideas (como el sulfuro de hierro y el cloruro de sodio), a las hidroxosales (como el caso del cloruro de aluminio), a las sales mixtas (como lo son el nitratosulfato de hierro y el clorurofluoruro de calcio), a las oxisales (como el oxicloruro de cobalto) y a las sales hidratadas (como se considera, por ejemplo, al sulfato de calcio dihidrato).