Tipos de rúbricas


Una amplia variedad de interpretaciones y usos posee la idea de rúbrica, una palabra que, según el contexto en el cual se la utilice, puede tener vinculaciones con una herramienta docente, una firma, un rótulo, unas reglas litúrgicas o con un detalle rojo en el contenido de un libro, tal como se advierte al repasar la teoría.

La rúbrica lemnia, por proponer un ejemplo que sirva para conocer una de las categorías, alude al bol arménico, una expresión que permite identificar a una arcilla de tono rojizo que procede de Armenia y se aprovecha en el arte de la pintura y la medicina. La rúbrica fabril, en tanto, es un almagre que los carpinteros realizan sobre la madera a cortar para marcar líneas que les sirven como guías, mientras que la frase “rúbrica sinópica” se utiliza para hacer referencia al bermellón y al minio, según detalla la Real Academia Española (RAE) en su diccionario.

En el ámbito de la enseñanza, por aportar más datos útiles sobre el tema, las rúbricas son estándares y criterios que permiten llevar a cabo evaluaciones de carácter objetivo. Se reconocen, en este contexto, la modalidad de rúbrica global (también bautizada como holística) que aborda el proceso completo del aprendizaje y la de rúbrica analítica (donde el análisis no es integral sino que se valora el proceso didáctico de a partes).

En los libros, por último, la rúbrica puede realizarse en papel de manera tradicional o bien generarse con tecnología para obtener mayor seguridad mediante la rúbrica digital.