Tipos de pérdida auditiva


El deterioro en la capacidad de oír o la imposibilidad de recibir estímulos a través del oído puede experimentarse a cualquier edad por una gran cantidad de razones, entre las cuales no hay que descartar enfermedades, lesiones ni anomalías. Evaluando cada caso en particular y de acuerdo al cuadro de cada paciente, los expertos en el tema pueden clasificar este problema de diversos modos.

Hay quienes, señalan los médicos, sufren una pérdida auditiva de conducción, un inconveniente que puede desencadenarse por la presencia excesiva de cera en el oído, una perforación del tímpano, una infección, malformaciones, etc. Para este panorama, la solución es la intervención quirúrgica.

Ciertos medicamentos, el paso de los años y los trastornos auditivos hereditarios o genéticos, en tanto, pueden derivar en una pérdida auditiva neurosensorial muy difícil de revertir.

El alcance de la dificultad para escuchar, la aparición de este inconveniente y su evolución, por otra parte, son variables que llevan a establecer si se trata de una pérdida auditiva unilateral o bilateral (si afecta a un oído o a ambos), una pérdida auditiva mixta (cuando se sufre una pérdida auditiva de conducción y una pérdida auditiva neurosensorial de modo simultáneo), una pérdida auditiva simétrica o asimétrica (si la configuración y el grado de la lesión son iguales en ambos oídos o hay diferencias entre ellos), una pérdida auditiva súbita o progresiva (si ocurre de manera repentina y/o se agudiza con el paso del tiempo) o de una pérdida auditiva estable o fluctuante (en función de los cambios que presente, o no, desde el momento del diagnóstico).