La presentación, embalaje o estuche de un producto se conoce, sobre todo en las áreas de Marketing, Diseño y Publicidad, como packaging. La idea de este recurso, dicen aquellos que se especializan en la fabricación y desarrollo de packaging, es estimular la vista de los consumidores para lograr que ellos se interesen en el producto ofrecido a partir de haber quedado hechizados por una etiqueta, envoltorio o envase.

Si bien para comprender en profundidad todo lo que abarca y alcanza el concepto de packaging es necesario estudiar y prepararse académicamente, es posible identificar a grandes rasgos tres categorías que permiten distinguir entre sí a las diversas alternativas que uno tiene a la hora de imaginar y planear un diseño de packaging.

Se habla de packaging primario, por ejemplo, cuando se busca crear o conseguir un envoltorio que esté en pleno contacto con el producto a comercializar. Por lo general, es un embalaje directo que le otorga firmeza y facilita el traslado del objeto que recubre.

Ya cuando se determina proteger al packaging primario que, a su vez, atesora al producto, se habla de packaging secundario. Esta clase de herramientas se emplean, por ejemplo, cuando se desea agrupar numerosas unidades de caramelos (protegidas con un papel, a modo de packaging primario) dentro de una bolsa general para hacer más sencilla su distribución mayorista.

De encargar un embalaje de mayor porte para nuclear a varias cajas con el propósito de trasladarlas hacia comercios o depósitos, se habla de packaging terciario, tal como lo puede ser un pallet o un container.