Cuando un alumno no asiste a una clase se le cuenta una falta o inasistencia. Lo mismo ocurre cada vez que una persona no se presenta en su lugar de trabajo o en un evento al cual estaba invitada. Si el individuo escribe de manera incorrecta las palabras (por ejemplo, pone ‘b’ en lugar de ‘v’ o ‘c’ en vocablos que llevan ‘s’ por detallar algunas posibilidades), entonces se dice que tiene faltas de ortografía.

También se habla de falta cuando existe una carencia o privación (“A esta planta le falta un poco de agua”, “Le cortaron el servicio por falta de pago”), así como al producirse entre deportistas un choque o agresión que excede los límites (“El árbitro sancionó la falta y cobró un tiro libre”, “En el partido de anoche, al seleccionado argentino de básquetbol le sancionaron cuatro faltas antideportivas”). Los expertos en Derecho, en tanto, apelan a este término para aludir a una contravención o infracción, es decir, a una acción antijurídica que no llega a ser considerada como un delito: aún así, es posible distinguir entre faltas leves, faltas graves y faltas reiteradas, según cada caso.

De aprovecharla como sinónimo de algo que se necesita y no se tiene por alguna razón, la noción permite aplicaciones como “Lo único que falta comprar para hacer el postre es azúcar”, “A esta comida le falta sal”, “A mi hijo le podrán faltar muchas cosas materiales, pero no le falta amor”.

Como se desprende de las descripciones realizadas líneas arriba, hay una amplia variedad de faltas.