Tipos de cromatografía


La cromatografía es un método de análisis químico basado en el principio de retención selectiva que permite separar los componentes de una mezcla. Este proceso, que antiguamente se utilizaba para separar sustancias coloreadas, consiste en la distribución de dos fases, una estacionaria (sólidos o líquidos fijados en sólidos) y otra móvil (fluidos).

Estas técnicas, útiles para todas las ramas de la ciencia, pueden emplearse tanto para lograr la separación de los componentes de una mezcla como para medir la proporción de cada elemento contemplado en ella y poder entonces determinar con exactitud las cantidades de cada componente presentes en la sustancia.

Si uno busca mayor información al respecto, puede advertir que no existe una única clase de cromatografía. Sin necesidad de volverse un experto en estas cuestiones, es posible conocer que hay numerosas formas de llevar a cabo el procedimiento.

Las alternativas incluyen a la cromatografía en papel, en capa fina y a la cromatografía de gases, pero también a la cromatografía líquida en fase inversa, a la cromatografía líquida en fase normal, a la cromatografía líquida de intercambio iónico, a la cromatografía líquida de exclusión, a la cromatografía líquida de absorción y a la de fluidos supercríticos.

A su vez, cada técnica puede clasificarse en función de la disposición de la fase estacionaria y ser reconocida como cromatografía plana (para la cual se suele optar entre la cromatografía en papel y la de capa fina) o cromatografía en columna (que puede variar entre las técnicas de líquidos, gases y fluidos supercríticos).